CLUB CICLISTA JUYMAR

Un club compuesto por un grupo de amigos que comparten su afición por la bicicleta. Aquí informaremos de las últimas novedades del club, entre otras muchas cosas.

miércoles, 19 de marzo de 2014

Pongo en el blog un escrito de Spidy González. Muy bueno, no dejéis de leerlo.



La Bicicleta y el Ciclismo.

Mi primer recuerdo de cuando el ciclismo me empezó a entusiasmar es gracias a mi madre. Recuerdo una tarde en casa que mi madre viendo una etapa de la vuelta (cuando la vuelta se disputaba en mayo) se levantó del sofá y empezó a gritar a la televisión: “¡Vamos Perico! ¡Vamos Segoviano!”. Me asomé a la tele y se veía que al fondo, a lo lejos, un ciclista bajaba a toda velocidad un puerto. Ese ciclista cada vez se alejaba más y más de la cámara y en las curvas se perdía. Recuerdo que en la imagen ese ciclista finalmente se perdió, la cámara empezó a enfocar hacia el cielo y a las ramas de los árboles que lindaban con la carretera, entonces esas ramas de los árboles cada vez pasaban más deprisa. El cámara y el conductor de la moto habían decidido dejar de grabar al ciclista para acelerar a tope y cogerle. Al fin la cámara se incorporaba y enfocaba de nuevo al ciclista, pero al poco otra vez tomaba ventaja sobre la moto. Perico Delgado. Impresionante, un ciclista dejando atrás a una moto.
Luego llegaron Indurain y Chiapuchi. Recuerdo que montando en bicicleta mi hermano y yo jugábamos por el Cerro de los Ángeles haciéndonos pasar por ellos. Él, el mayor, siempre se pedía Indurain, yo era Chiapuchi. ¿Adivináis quien ganaba?

Por supuesto la bicicleta llegó antes. No tengo un recuerdo preciso de la primera vez que monté en bicicleta pero sí recuerdo cual fue esa primera bicicleta. Era de paseo, color verde, no le funcionaban bien los frenos y tenía que frenar con las suelas de los zapatos.

Luego llegaron las bicicletas de montaña, su cambio manual. Los paseos entre Getafe y Fuenlabrada por los depósitos. Los primeros pedales automáticos que me dejaron probar (esto no es para mí, pensé). Y la primera vez que probé una bicicleta de carretera, su nuevo equilibrio, más velocidad (esto si es para mí, pensé). Con 16 años me compré mi primera bicicleta de carretera, segunda mano, 18.000 pesetas, puro acero y pedales automáticos. Llegaron las etapas por San Martín de la Vega y su carril bici, Titulcia, Villaconejos, Chinchón… Entonces un consejo de un amigo de mi padre: “no salgas solo, vente a la peña ciclista con la que salgo yo”. Así conocí a los JUYMAR. Y allí compaginé mi afición por la bicicleta con el ciclismo. 

En la peña tenía un mote que a mis imberbes 16 años no podía ser otro: “el niño” y conocí a Manolo, Julio, el Capy, el 54, el ferretero, “Pantani”, “Fignon”, “el campeón”, Obélix... Siempre me dieron buenos consejos: “niño: la mano a las manetas”, “niño: siempre la vista en la rueda de delante”, “niño: cuando empujes a alguien recuerda siempre: mano en la bajo espalda y no tires de brazos, tira de piernas y esto te lo digo para cuando me empujes a mí, recuérdalo”, y también se aprovechaban de mi servilismo: “Niño: vete y coge a los de delante que no tiren tan fuerte, coño”.

Y mientras en el mundo del ciclismo llegaron grandes héroes: Olano e Indurain y el mundial de Colombia, Pantani y sus cambios de ritmo, los mundiales de Freire, el Chava y las subidas al Angliru, la victoria de Javier Otxoa a pocos segundos de Armstrong, las victorias de éste en el Tour y su supercadencia. La gran victoria de Sastre del Tour del 2008. Recuerdo que no daba mucho por él en la contrarreloj frente a un buen especialista contra el crono como Evans pero me emocionó cuando consiguió defender el amarillo. La superioridad de Contador en el Giro de 2011…
Descubrí que el ciclismo no estaba solo en aquellas grandes vueltas de tres semanas y empecé a admirar a las clásicas: París- Roubaix, Milan- Sanremo, los mundiales de ciclismo… y a los héroes  clasicómanos Zabel, Museuw, Freire…

También valoré como auténticos héroes a los grandes gregarios de cada momento: Gorospe, Chente, Rubiera, Beltrán… 

A los años cambié de bicicleta, del acero al aluminio (mi querida MEGAMO). Entonces descubrí lo que en el argot ciclista se denomina la “marcheta” o el creer que uno podría estar horas y horas dando pedales incansablemente. Yo y mi bicicleta como novios inseparables. En verano salía todos los días y era feliz. Los de la peña me avisaban: “saldrás con nosotros hasta que te eches novia y volverás cuando te cases.” Y así fue. Me he casado y he vuelto con ellos. Ya no soy el niño, ahora soy (haciendo mención a mi apellido) Spidy González. Todavía me siguen diciendo: “Spidy: vete y coge a los de delante que no tiren tan fuerte, coño”. Vuelvo a salir con Manolo, Julio, el Capy, “Pantani”, “Fignon”, “el campeón”, Obélix y con gente nueva como el Vinagre, el pinturas… 

Un amigo, aficionado a la bici, hace relativamente poco me comentó que yo podría salir con un grupo que compitiera y hacer entrenamientos serios en lugar de salir “solo” a montar en bici. Lo que le contesté es que yo hace años descubrí gracias a los JUYMAR la felicidad montando en bicicleta y que es con ellos con quien quiero seguir disfrutándola.

Sin embargo, en el mundo del Ciclismo llegaron el tour del 98 y su caso festina, la muerte de Pantani, las confesiones de David Millar y Barne Rijs, las dudas (y ahora certezas) sobre Armstrong, la operación puerto (y su operación encubrimiento de otros deportes), las descalificaciones de Rasmussen y Landis, el caso Manzano y el AS: “así se dopa un ciclista” que buen titular, cabrón. Pasajes oscuros que alargaban las sombras de las victorias más allá de ellas, llegando incluso a los mismos estamentos de los organizadores (UCI).

Y me he cansado de: los periodistas que solo hablan de ciclismo cuando hay dopaje de por medio, de que se piense que el dopaje solo existe en el ciclismo, de la gente que nunca ha cogido una bicicleta y que no se cree que el cuerpo aguante un Tour, de ciclistas retirados y después arrepentidos (en este orden) y de la corrupción que hay en la UCI. 

Por eso he pensado que los verdaderos héroes a los que voy a admirar a partir de ahora son Manolo, Julio, el Capy, “Pantani”, “Fignon”, “el campeón”, Obélix, el Vinagre, carbono, el pinturas… Gente que ama la bicicleta y que le dedica el poco tiempo libre que tiene para disfrutarla.